lunes, 22 de marzo de 2010

Bosque Encantado

Nadie encontraría mejor lugar. Mas luminoso, acogedor y amigo que tu bosque encantado. Cada visita mía era una gracia visitarlo. Toda mateada de los cuatro no tendrá mejor marco...
Mentiría si dijese que no he sufrido. Eran montones de vidas en una sola casa. Duendes que me susurraron poemas en tardes otoñales, mientras esperaba que una clase terminara.
Te comprendo la muda tristeza, acompañando el duelo adolorido y sin respuesta.
Surge, entonces, una pregunta: que provocó la idea que quedaría bonito?
Tu espacio amado en el que las horas se detenían y el aire se acompasaba a la cadencia de nuestras voces y risas.
Estabamos allí sentados para la foto y un colibrí aleteaba cerca de mí. Guardaba el encanto de lo
salvaje. Cada especie hermanada con la otra... Erase tu bosquecito encantado: dueño de todos los verdes, indómito y aromado.
Duerme en nuestro corazón altivo e intocado.
Seremos muy viejitas cuando vuelva a ser como lo recordamos.

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