viernes, 29 de abril de 2011

Eureka!

Antes de la palabra escrita...mis sueños primigenios eran otros.
Bajo mi cama infantil dormía la química.
No sabía de donde me nació, amaba mezclar sólidos con líquidos, aromas y colores.
Tenía un cajoncito de frutillas con frasquitos en los que guardaba mis extrañas mezclas: polvo de ladrillo con agua, aspirina y lavandina, perfume y aspirina.
Creo entender que me maravillaba el misterioso mundo imaginado entre olores de asepcia y grandes frascos color caramelo, etiquetados a mano, en la farmacia de la familia Rosito, allá en La Plata.
Igual que mis ancestros, los imaginaba magos, al menos dueños de " la magia que cura ".
Muchos años después mis hijos, técnicos químicos, cumplieron mi sueño, sin saberlo.
Mi primer sueño: mezclar sustancias que, juntas, sirvieran para algo.
Hoy conocí el proceso de la creación del detergente.

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